
Los ictiosaurios se originaron a principios del Triásico, hace unos 250 millones de años, y a lo largo de ese periodo evolucionaron adaptándose a muchos ambientes y adquiriendo una notable variedad de tamaños y formas. Su longitud iba de 0,3 a 20 metros, y su cuerpo variaba desde las formas largas y delgadas, hasta las corpulentas. Los de mayor tamaño probablemente se alimentaban de bancos de calamares, tragando individuos uno tras otro.
Todo esto terminó de manera abrupta a finales del Triásico, hace 200 millones de años, cuando una extinción masiva devastó la vida en tierra y mar. Esta catástrofe fue causada por erupciones volcánicas masivas debidas al proceso de apertura del Océano Atlántico entre Europa y América del Norte. Los gases volcánicos causaron olas de calor y la pérdida de oxígeno en los océanos.
La comunidad científica ya sabe desde hace algún tiempo que sólo tres o cuatro especies de ictiosaurios sobrevivieron a esta extinción. Sin embargo, hasta ahora se había venido asumiendo que los ictiosaurios se habían recuperado con éxito y retomado su antiguo e importante puesto en los ecosistemas marinos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario